SU CARNET DE CONDUCIR POR FAVOR
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Este tipo de monumento abunda en las carreteras. |
Para variar
amanece el día que arde y no encontramos protector solar por ninguna parte. Nos vamos hacia la zona
más turística de Bali, la más movida, la más famosa, la menos auténtica. La
primera parada es la playa de Sanur. Hay un pequeño riesgo: al ser la zona más
concurrida acechan los pitufos, policías de tránsito. Y nos advierten que su
presa favorita son los turistas. Ya casi
llegando a la playa de Sanur, circulando
sobre una avenida de cuatro o cinco carriles ahí están, a ambos lados de la
ruta y en el medio. Imposible pasar desapercibido. Van seleccionando
visualmente al que no tiene ojos rasgados, va en moto, con cámara de fotos, estómago de cebada fermentada y
demás estereotipos del turista. “Tolong berhenti “o sea deténgase por favor en
lengua indonesia. La jodimos. Para circular en este país, donde el tráfico es
bastante caótico, se tiene que tener la licencia internacional de conducir, que
por supuesto no tenía, llevaba la española. Hay que aclarar que cuando van tres locales en una moto, llevando gallinas en las manos y sin casco
no pasa nada. Ni se inmuta la policía. Se acerca un pitufo con prisas y rabia pidiendo la driver
license. Se le veía estresado porque aquello era una mina de oro, parar y
cobrar, parar y cobrar. Realmente se hacían un festín a esa hora del día, mayor
que la de los mafiosos de Abertis y la Caixa en los peajes catalanes. Al principio
nos pidió un millón de rupias. Después
lo rebajó a 400.000 rupias. Su última oferta fue de 200.000 rupias. El hombre
estaba ansioso por cobrar debido a que mientras hablaba con nosotros el resto
de sus compañeros no daban a basto para detener a otros turistas y multarlos.
Así que lo mejor será hacerle perder el tiempo pensé. Le digo que quiero pagarla
en la oficina de policía o en un banco. Me dice que deje la moto vaya a pagarla y
vuelva. Le digo que no es posible porque estoy aún lejos de la ciudad y
tardaría mucho. Insiste que la pague ahí mismo. Le digo que voy a hablar con la
embajada para saber cómo funciona esto. Mientras tanto el tiempo pasa y el
hombre se desespera. Finalmente nos dice “go, go” y algo en indonesio que no
llego a comprender. Seguramente cariños al árbol genealógico al completo de mi familia o algo parecido.
PLAYA DE SANUR
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Muchas embarcaciones salen desde esta playa. |
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Límite entre las playas de Sanur y Kuta |
Por fin
llegamos a la playa de Sanur. Hay mucha gente, ya se huele a turismo de masas.
A unos 400 metros de la playa hay un parking privado. Pagar o caminar. Pagamos. La playa de Sanur es la
continuación de la playa principal kuta beach o viceversa. Hay menos gente que
en kuta pero igual se ven chiringuitos por todos lados, alquiler de todo tipo
de embarcación para el agua, tumbonas, masajes, etc. Es una playa sin encanto,
está bien pero no tiene nada en particular. Es un anzuelo perfecto para el estereotipo
de turista yanqui o inglés.
PLAYA DE KUTA
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Es una playa ancha y de olas. |
Subimos en
la moto y nos vamos a la playa vecina, Kuta beach, la playa más concurrida de
la isla de Bali. Aquí están los grandes hoteles a nivel del mar. Está
abarrotado de chiringuitos con todo tipo de comidas y bebidas. Tiendas de suvenires,
ropa de marca, etc. Hay más gente que en la playa de Sanur, todos extranjeros
menos los que trabajan. La playa es extensa y ancha, hay olas grandes, hasta 3
metros, muchas tablas de surf de alquiler, academias para aprender deportes
acuáticos, etc. Me meto en el agua para refrescarme en la playa más famosa de
Bali y empiezo a dirigirme a la zona de olas. A medida que camino me voy
topando, a cada paso diría sin exagerar, con todo tipo de plásticos. Bolsas,
botellas, envoltorios de helados, etc. La familia del polietileno está
veraneando aquí al completo. Es increíble la suciedad del agua. No me puedo
creer que esta playa atraiga a tanta gente. El agua está plagada de plásticos
de toda clase y tamaño. Salgo del agua y le pregunto a un instructor de surf si
esto es normal, dice que en esta época sí, que viene todo de la isla de Java.
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Ofrenda en Kuta beach. |
Parece ser que cerca de la capital indonesia, de tanta mierda que han tirado al
mar se han formado islas de plásticos y desechos industriales. Las corrientes
marinas de Java durante estos meses del año, no así en julio-agosto, se dirigen
hacia Bali y la llenan de plásticos. Al salir, en la arena próxima al mar,
también se pueden ver todo tipo de envases. Lástima porque la playa en sí, no
su entorno, es bonita. Buscamos un hueco donde tirarse sin pagar y descansamos
un rato. Después damos un paseo por la ciudad de kuta. Hay de todo pero no
tiene nada. Mc donalds, Kfc, pizzerías, lo que quieras, uno pegado al otro. A
lo indio. A diferencia del centro de Ubud que también está masificado pero con
una mezcla de aire hindú que lo hace atractivo, Kuta es un buen lugar para comer hamburguesas, espaguetis, beber cerveza
fría, comprarse alguna ropa o calzado que no has encontrado durante el viaje y
seguir de largo. No vale para más. Todo está más caro. Nosotros comimos un par
de pizzas por 220.000 rupias ambos. También está zona está muy vigilada, ves
constantemente policía local y privada.
Quizás la bomba que les explotó en 2002 aún les resuena. El tema del tsunami también
está presente. Se ven carteles en la
playa donde pone tsunami debajo de un icono y una flecha que señala hacia el
lado opuesto al mar. Lo de la flecha se
lo podrían haber ahorrado no?
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Sí Tsunami, No corras hacia el mar. |
TEMPLO TANAH LOT
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Te dan la bienvenida |
Antes del atardecer había que llegar a este Templo para ver como el huevo frito se hundía
en el mar sobre el horizonte. Nos lo habían recomendado con insistencia.
Después de visitarlo se entiende el porqué. El Templo de Tanah Lot está sobre
una isla o roca gigante a pocos metros de la costa por lo que solo se accede
por mar o cuando hay marea baja. La entrada al recinto es de 30.000 rupias por
esqueleto y 2000 rupias por moto. Es el templo más concurrido de los que
visitamos. Está bastante orientado al turismo, abundan las tiendas de
artesanías, suvenires y textiles. Ese día no vimos irse de forma limpia el sol. Había alguna nube. Pero el lugar es espectacular. Verlo para entenderlo. La mezcla de las olas
grandes rompiendo sobre las rocas de la costa, el templo hindú en medio, el ruido del mar, “el
hermoso sonido de los clicks de las cámaras de fotos de los japoneses” y los
colores típicos que se forman entre el sol, las nubes y el mar lo hacen auténtico. Después si se quiere hay terrazas con bares y
restaurantes sobre la costa donde saborear las vistas del templo sobre el mar y
los platos típicos balineses.
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Que no falte el arroz |
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Pescador recogiendo las redes delante del templo |
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Comienza el atardecer |
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Atardecer |
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