martes, 31 de marzo de 2015

DIA 4 (7/1/2014): LA JUNGLA DEL PARQUE GUNUNG LEUSER - Orangutanes salvajes y dormir en la selva

EL TREKKING

   Hay varias opciones de trekking en la selva, nosotros optamos por la de dos días. Cuesta 50 euros por persona más 10 euros del rafting para la vuelta. Esto incluye todas las comidas y dormir en una especie de campamento que tienen montado en medio de la jungla. El trayecto a pie que lleva casi 12 horas desde Bukit Lawang al campamento en medio de la selva para ver orangutanes , se realiza, en sentido inverso, en apenas 15 minutos a través de las corrientes caudalosas del río Bohorok por medio de un rafting auténtico e imperdible de la gente de esta zona.

Información sobre trekking, y màs, de la
asociación de guías de Bukit Lawang (click y ampliar)

   El trekking no es fácil pero es posible. Hay que tener en cuenta que  no vas por caminos sino sorteando árboles, lianas, arbustos… caminante no hay camino se hace camino al andar. Hay subidas y bajadas pronunciadas, barro, espinas, piedras, ríos. En definitiva hay que saber antes de salir que son casi 8 horas caminando .  No es una ruta normal de montaña y terminas bastante cansado.


















EL GRUPO DE VIAJE

Ricky uno de los guías
   Nos despertamos temprano a la mañana, desayunamos café con fideos, y fuimos a la asociación de guías locales desde donde partiríamos a las 9 hs. Los guías eran Ricky, un peludo tipo sandocán que tendría quince o dieciséis años y Jeffrei, de  unos 20 años que le dio a la maría durante todo el trayecto. A pesar de ser guías jóvenes tenían buena información sobre los orangutanes y la flora y fauna de la selva de Sumatra. De vez en cuando se paraban y daban una breve charla sobre algo relacionado con lo que estábamos viendo. Muchos de los guías eran adolescentes con acné por lo que las bromas simples, sobretodo relacionadas con el sexo, estaban al orden del día, algo que no caía muy bien entre algunos de los turistas que andaban por la jungla.


El grupo
El resto del grupo lo formaban  un sueco ,una pareja gay de checos y nosotros dos.  El sueco, al que bauticé Zlatan porque era alto y admiraba a su compatriota futbolista Ibrahimovich, era un estudiante de ingeniería informática que se estaba pegando un viaje de 3 meses por la zona. Acababa de llegar de Ubud, Balí, donde se tiró un par de semanas de semanas meditando y casi sin comer. Como consecuencia de ello no paró de hablar durante todo el recorrido y si no le hubieran dado comida suficiente, creo que le entraba a la mierda de los orangutanes para llenar su estómago vacío. Los checos no hablaban mucho , uno trabajaba en la banca y su pareja era actor de cine y teatro. Estaban haciendo Sumatra y Borneo y el año pasado habían estado en Camboya y Vietnam.

   

LOS ORANGUTANES


Sandra y cría.



Nadie te asegura que verás orangutanes pero antes de salir te dicen que hay un 90 % de
posibilidades de encontrarte a uno. Ese día tuvimos suerte ya que vimos  a diez diferentes.
Los guías los ubican por lo ruidos que hacen en las ramas mientras se van moviendo. Una vez que los localizan visualmente algunos les muestran comida, generalmente bananas, o reproducen sus ruidos hasta que los pelirrojos se acercan.

Para la foto.

Vimos al famoso orangután Mina. Este simio fue atacado por humanos hace algunos años, así que ahora se toma revancha con los visitantes. Ha remado y mordido a varios de los turistas que entran en la jungla. A nosotros se nos  interpuso en el camino y empezó a seguirnos en plan, ¿que pasa contigo homo sapiens-sapiens? . Así que comenzamos a caminar rápido, apretando el puño y el culo por si acaso, mientras los guías le lanzaban bananas y lo ahuyentaban.También vimos a Sandra con su hijo colgando. Esta era más tranquila y casi diría que se ponía para la foto. Luego fueron apareciendo unos cuantos más, Black, Jhony y otros cuyos nombres no recuerdo pero que los guías tienen bien identificados y bautizan a su antojo. También vimos varios monos pequeños grises y negros que son más sociables. Sobre las dos paramos a comer : nos dieron un arroz con pollo muy bueno  y de postre varias frutas tropicales.


El guía tranquiliza a mina con fruta


Mina se baja del árbol y amenaza


Junto a otro grupo de trekking.


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LA NOCHE EN EL CAMPAMENTO




El campamento en la selva
Cerca de las cinco y con las rodillas reventadas de tanto caminar, subir y bajar llegamos al campamento ubicado al borde de un río. Nada más dejar las cosas nos dimos un baño en una pequeña piscina natural que se formaba luego de una cascada. Aunque la temperatura no sea demasiada, unos 25 ºC, la  humedad dentro de la selva es potente y vas empapado de sudor todo el rato por lo que el cuerpo agradeció un buen chapuzón en el agua. Al salir nos percatamos que  habíamos compartido el baño con una iguana o cocodrilo de casi dos metros, inofensiva según los guías. El campamento tenía dos zonas para dormir muy sencillas. Son unas estructuras hechas con ramas de árboles que sostienen un toldo de plástico y crean algo parecido a una carpa. El suelo tiene unas esterillas donde tirarse a dormir con el sobre o lo que te hayas llevado. También tienen un lugar protegido con otro toldo donde cocinan al fuego. Tienen leña de sobra en la selva y agua dulce del río al lado. No necesitan más.




Baño reponedor después de la caminata
 Nos cambiamos la ropa, nos sirvieron un café y/o té caliente , me saqué una sanguijuela que
empezaba a viajar por dentro de mi pierna y cayó un chaparrón de esos que asustan. En otra parte del viaje nos enteramos que en ese mismo campamento a un turista lo partió un rayo y lo dejó fulminado en el acto cuando se levantó a mear en la noche. Así lo tuvieron que sacar de la selva, con su novia de testigo. Cuando el sol se fue nos dieron una suculenta cena, como no a base de arroz, y empezó la ronda de chistes de los guías y las conversaciones de todo tipo a la luz de la vela con otro grupo que había llegado. Una vez todos acostados  y en silencio empezamos a escuchar los ruidos de la selva. Es realmente increíble para el que está habituado al ruido urbano.  Una mezcla de sonidos de animales, insectos, árboles, ramas, que no te dejan dormir por su intensidad y misterio. Vale mucho la pena.





Iguana-cocodrilo que había en el río

Paisaje selvático 

EL RAFTING DE VUELTA


Se me coló una sanguijuela


  Si te quedas a dormir en la selva el rafting es obligado porque el guía no piensa pegarse otra caminata como la del primer día y si intentas  volver solo probablemente termines viviendo con los orangutanes. Esta gente puede tener falta de recursos económicos pero no imaginativos. Han inventado una especie de balsas con cámaras de rueda de camión unidas entre sí utilizando cuerdas con las cuales se tiran río abajo haciendo "rafting indonesio". Dependiendo del número de pasajeros que tengan que cargar se unen más o menos neumáticos. El “patrón de la embarcación” va delante con una rama larga que utiliza para     dirigir el rumbo y evitar las rocas. Salimos temprano en la mañana ya que teníamos que llegar al pueblo a las 8.30 hs para irnos en una furgoneta hacia el lago Toba. El río se encuentra a pocos metros  del campamento.  Las corrientes de agua nos plantaron en el punto del pueblo desde donde salimos en solo diez minutos y empapados como si hubiéramos atravesado un túnel de lavado.

Rafting made in Indonesia con neumáticos de camión.


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