Un paraíso de tres islas: Gili
Trawangan, Gili Air y Gili Meno
CAMINO A BANGSAL, AGOBIO AL TURISTA
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Nos vamos de Sengiggi en bemo. |
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Mama moon y su hija Luna. |
Madrugamos y
a las 8 hs ya estábamos saliendo en moto de vuelta a Sengiggi. En dos horas y
media nos plantamos allí y comenzamos a buscar un medio de transporte que
nos dejara en Bangsal, lugar de salida de los ferrys hacia las islas Gili. Al no haber transporte público, las famosas
bemos, y después de tantear un par de taxistas terminamos negociando con el
chófer de una bemo: 40.000 rupias por cabeza. Solo íbamos nosotros. El viaje
duró 25 minutos. Al llegar al pueblo de Bangsal, donde se encuentran las
oficinas de ferrys para comprar billetes
a las islas Gili, empezó el ataque de los touroperadores.
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Playa al lado de Bangsal desde donde salen las barcas hacia las islas Gili. |
Era un día de mala
mar por lo que las oficinas de los ferrys estaban cerradas y no se sabía cuando
abrirían. O eso fue lo que nos
vendieron. Allí estábamos con otra pareja de turistas y empezó a salir gente
de todos lados ofreciéndonos botes a las Gili como alternativa al ferry que no
funcionaba. Los precios eran de escándalo, como si el viaje fuera en yate con
caviar, champagne y la distancia larguísima. A simple vista se veían las islas. La otra pareja, iban con un niño, no aguantó el acoso y
decidió quedarse a dormir allí hasta que el mar se calmase. Como el puerto de
salida no funcionaba, salían botes desde una playa que se veía a la distancia y
que no estaba a más de un kilómetro. Después supimos que era mentira. Existen dos lugares de salida para las Gili, el puerto o la playa. Las islas
Gili están al lado, no es grande la distancia y a pesar de que hacía
un poco de viento y había algo de olas no parecía que una lancha a motor no
fuera capaz de llegar bien, aunque sea con un poco de mambo durante el
trayecto.
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Subiendo a los botes que van a las islas Gili. |
Al ver que no íbamos a ceder con lo del bote, empezaron a ofrecer
transporte, a precios de ópera, hasta la playa cercana desde donde salían estas otras lancha.
Fuimos apartándonos de la multitud, que nos seguía, hasta quedarnos casi que
acorralados en un terreno baldío al borde del mar. De repente apareció de la
nada la salvación, Mama-moon, una negra sonriente y simpática que iba con su hija Luna sentada en los asientos
traseros de una camioneta repleta de carga guardada en cajas y bolsos. Lo que
iba ahí dentro era ropa ya que tiene una tienda
en una de las islas Gili, además de un pequeño hotel en Kuta beach
Lombok, y llevaba nuevo género para reponer en las islas. Nos ofreció llevarnos
hasta la zona de playa desde donde salían los botes sin cobrarnos nada. Cuando
le contamos lo que nos pasó y los precios que nos pedían se puso a reír. A
pesar de ello, se quejaba, el negocio
funcionaba porque muchos turistas
desconocen que además del puerto de
Bangsal existen estas lanchas la lado en la playa y terminan pagando precios
desorbitados por un viaje de diez minutos.
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Rumbo a Gili Air. |
Moraleja: cuando hay mucha gente
ofreciéndote lo mismo seguro que el precio
real no es el que te ofrecen. Aguanta el temporal, busca tranquilidad, buena
información y decide.
En tres
minutos nos plantamos en la playa desde donde salían los botes hacia las islas
Gili. Estaba lleno de gente, locales y turistas. Allí conocimos a unas personas
con los que terminamos haciendo amistad, un par de bilbaínos y un italiano de
Sardegna que viajaban solos y se unieron en su viaje. Sobre la arena había
lanchas de transporte público y privado. Tanto unos como otros salen cuando se
llenan de pasajeros. Los botes públicos te dejan por diez mil rupias en las islas Gili. Nos apuntamos en una lista
y a los cinco minutos estábamos saliendo. El mar estaba movido pero llegamos
sin problemas.
LAS ISLAS GILI - GILI AIR
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Gili Air |
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Gili Meno |
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Gili Trawangan |
Las islas
Gili son tres. La más popular es la mayor: Gili Trawangan. Es la que cuenta con
mayor oferta hotelera, gastronómica y de fiesta. No la visitamos. La más
pequeña y tranquila es Gili Meno a la que tampoco fuimos. Gili Air fue la
escogida. Esta pequeña isla de arena blanca y aguas turquesas fue el lugar
elegido para tomarnos unos días de descanso antes de volver. Y la verdad es que
acertamos. Tiene todo tipo de servicios básicos, hospedaje, actividades varias,
comidas diferentes, muy bien distribuidos ya que en ningún momento se siente
uno agobiado. Es cierto que no estábamos en temporada alta y se podía ir muy
tranquilo. Al bajar de la lancha nos ofrecieron subir en un burro, único medio
autorizado junto con las bicicletas en estas islas, para llevarnos hasta el bungalow donde habíamos reservado.
“No gracias, está aquí al lado” eso ponía en el plano que vimos en internet.
Nos despedimos de Mama-moon y preguntamos
a un local por los bungalows. Nos indicó con el dedo índice la dirección
hacia donde debíamos caminar. Pocos metros hacia la derecha nos dijo el autóctono. Y en realidad era hacia la izquierda. Como una isla se rodea, eso fue lo que hicimos durante casi dos horas con las mochilas cargadas a puro rayo indonesio de mediodía..
Moraleja: pregunta a dos personas diferentes una dirección
cuando vayas muy cargado.
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Trabajo intenso. |
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El centro de la isla. |
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El bungalow donde dormimos en la isla.
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El entorno de los bungalows. |
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Los baños son semitechados. |
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