martes, 31 de marzo de 2015

DIA 31 (02/02/2014): LAS ISLAS GILI.


Un paraíso de tres islas: Gili Trawangan, Gili Air y Gili Meno


CAMINO A BANGSAL, AGOBIO AL TURISTA


Nos vamos de Sengiggi en bemo.


Mama moon y su hija Luna.
Madrugamos y a las 8 hs ya estábamos saliendo en moto de vuelta a Sengiggi. En dos horas y media nos plantamos allí y comenzamos a buscar un medio de transporte que nos dejara en Bangsal, lugar de salida de los ferrys hacia las islas Gili.  Al no haber transporte público, las famosas bemos, y después de tantear un par de taxistas terminamos negociando con el chófer de una bemo: 40.000 rupias por cabeza. Solo íbamos nosotros. El viaje duró 25 minutos. Al llegar al pueblo de Bangsal, donde se encuentran las oficinas de ferrys  para comprar billetes a las islas Gili, empezó el ataque de los touroperadores. 
Playa al lado de Bangsal desde donde salen las barcas hacia las islas Gili.
Era un día de mala mar por lo que las oficinas de los ferrys estaban cerradas y no se sabía cuando abrirían.  O eso fue lo que nos vendieron. Allí estábamos con otra  pareja de turistas y empezó a salir gente de todos lados ofreciéndonos botes a las Gili como alternativa al ferry que no funcionaba. Los precios eran de escándalo, como si el viaje fuera en yate con caviar, champagne y la distancia larguísima. A simple vista se veían las islas. La otra pareja, iban con un niño, no aguantó el acoso y decidió quedarse a dormir allí hasta que el mar se calmase. Como el puerto de salida no funcionaba, salían botes desde una playa que se veía a la distancia y que no estaba a más de un kilómetro. Después supimos que era mentira. Existen dos lugares de salida para las Gili, el puerto o la playa. Las islas Gili están al lado, no es grande la distancia y a pesar de que hacía un poco de viento y había algo de olas no parecía que una lancha a motor no fuera capaz de llegar bien, aunque sea con un poco de mambo durante el trayecto. 


Subiendo a los botes que van a las islas Gili.
Al ver que no íbamos a ceder con lo del bote, empezaron a ofrecer transporte, a precios de ópera, hasta la playa cercana desde donde salían estas otras lancha. Fuimos apartándonos de la multitud, que nos seguía, hasta quedarnos casi que acorralados en un terreno baldío al borde del mar. De repente apareció de la nada la salvación, Mama-moon, una negra sonriente y simpática que  iba con su hija Luna sentada en los asientos traseros de una camioneta repleta de carga guardada en cajas y bolsos. Lo que iba ahí dentro era ropa ya que tiene una tienda  en una de las islas Gili, además de un pequeño hotel en Kuta beach Lombok, y llevaba nuevo género para reponer en las islas. Nos ofreció llevarnos hasta la zona de playa desde donde salían los botes sin cobrarnos nada. Cuando le contamos lo que nos pasó y los precios que nos pedían se puso a reír. A pesar de ello, se quejaba,  el negocio funcionaba  porque muchos turistas desconocen  que además del puerto de Bangsal existen estas lanchas la lado en la playa y terminan pagando precios desorbitados por un viaje de diez  minutos.


Rumbo a Gili Air.

Moraleja: cuando hay mucha gente ofreciéndote lo mismo  seguro que el precio real no es el que te ofrecen. Aguanta el temporal, busca tranquilidad, buena información y decide.

En tres minutos nos plantamos en la playa desde donde salían los botes hacia las islas Gili. Estaba lleno de gente, locales y turistas. Allí conocimos a unas personas con los que terminamos haciendo amistad, un par de bilbaínos y un italiano de Sardegna que viajaban solos y se unieron en su viaje. Sobre la arena había lanchas de transporte público y privado. Tanto unos como otros salen cuando se llenan de pasajeros. Los botes públicos te dejan por diez mil rupias  en las islas Gili. Nos apuntamos en una lista y a los cinco minutos estábamos saliendo. El mar estaba movido pero llegamos sin problemas.

LAS ISLAS GILI - GILI AIR


Gili Air

Gili Meno

Gili Trawangan



Las islas Gili son tres. La más popular es la mayor: Gili Trawangan. Es la que cuenta con mayor oferta hotelera, gastronómica y de fiesta. No la visitamos. La más pequeña y tranquila es Gili Meno a la que tampoco fuimos. Gili Air fue la escogida. Esta pequeña isla de arena blanca y aguas turquesas fue el lugar elegido para tomarnos unos días de descanso antes de volver. Y la verdad es que acertamos. Tiene todo tipo de servicios básicos, hospedaje, actividades varias, comidas diferentes, muy bien distribuidos ya que en ningún momento se siente uno agobiado. Es cierto que no estábamos en temporada alta y se podía ir muy tranquilo. Al bajar de la lancha nos ofrecieron subir en un burro, único medio autorizado junto con las bicicletas en estas islas, para llevarnos  hasta el bungalow donde habíamos reservado. “No gracias, está aquí al lado” eso ponía en el plano que vimos en internet. Nos despedimos de Mama-moon y preguntamos  a un local por los bungalows. Nos indicó con el dedo índice la dirección hacia donde debíamos caminar. Pocos metros hacia la derecha nos dijo el autóctono. Y en realidad era hacia la izquierda. Como una isla se rodea, eso fue lo que hicimos durante casi dos horas con las mochilas cargadas a puro rayo indonesio de mediodía.. 





Moraleja: pregunta a dos personas diferentes una dirección cuando vayas muy cargado.




Trabajo intenso.

El centro de la isla.
El bungalow donde dormimos en la isla.

El entorno de los bungalows.

Los baños son semitechados.






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